En mi carita redondita: Poemas para sentir y emocionarse

Índice
  1. La belleza de una sonrisa
    1. Un poema a mi sonrisa
  2. Un poema a la inocencia de mi carita redondita
    1. Un poema a la pureza de mi carita redondita
  3. Un poema a la alegría de mi carita redondita
    1. Un poema a la felicidad de mi carita redondita
    2. En mi carita redondita: Poemas para sentir y emocionarse

La belleza de una sonrisa

En mi carita redondita, una sonrisa brota,
como un rayo de sol que alumbra mi vida,
es el símbolo de alegría y esperanza,
que me guía por el camino de la dicha.

En mi carita redondita, los ojos brillan,
reflejando el fulgor de la felicidad,
son luceros que iluminan mi existencia,
y encienden mi alma de amor y pasión.

Mi sonrisa es mi mejor carta de presentación,
un gesto cálido que abre puertas y corazones,
con ella conquisto el mundo a mi paso,
y transmito amor a los seres que me rodean.

En mi carita redondita, la sonrisa es artífice,
de momentos mágicos y memorables,
es el faro que indica el rumbo hacia la felicidad,
y el camino que lleva a alcanzar los sueños.

Un poema a mi sonrisa

En los labios de mi carita redonda,
brota una sonrisa, tierna y honda,
un arco iris de colores y emociones,
que ilumina mi rostro y alegra los corazones.

Con cada sonrisa que dibujo en mi semblante,
esparzo amor y alegría en cada instante,
como un hada que disemina su magia,
y transforma tristezas en risas, sin más.

Es un regalo divino que me ha sido otorgado,
una bendición que me acompaña a cada paso,
mi sonrisa, mi escudo y mi bandera,
que me impulsa a vivir con fuerza y entera.

Un poema a la inocencia de mi carita redondita

En mi carita redondita, la inocencia se asoma,
como un suspiro suave que acaricia el alma,
es esa chispa de pureza que ilumina mis ojos,
y me hace ver el mundo con asombro y calma.

Mi carita redonda es un reflejo de pureza,
un lienzo en blanco lleno de posibilidades,
donde la inocencia dibuja sueños y fantasías,
y la alegría se contagia en risas compartidas.

En mi carita redondita, la ingenuidad florece,
como flores silvestres que adornan la pradera,
es esa virtud que me protege de los desengaños,
y me permite amar sin medida y sin barreras.

Un poema a la pureza de mi carita redondita

En mi carita redonda, resplandece la pureza,
es un refugio sagrado, un oasis de belleza,
en ella se guarda la esencia más pura,
que ilumina mi vida y la torna más segura.

En mi rostro redondo, la inocencia se dibuja,
como un lienzo blanco, sin manchas ni dudas,
es el faro que guía mis pasos en la vida,
y me protege de todo mal y herida.

Mi carita redonda es como una cúpula de cristal,
donde la pureza se resguarda sin cesar,
es el estandarte de mi alma y mi ser,
y la guía que me enseña a crecer.

En mi carita redondita, la belleza se encuentra,
en la sonrisa y en la pureza que en ella mengua,
es un regalo divino que debo proteger,
y compartir con el mundo, hasta el amanecer.

Un poema a la alegría de mi carita redondita

En mi carita redondita, la alegría se instala,
como un fuego que arde en el corazón,
es la chispa que enciende mi existencia,
y contagia risas a toda la creación.

Mi rostro redondo es la morada de la felicidad,
donde se gestan momentos de plenitud,
es el lienzo sobre el cual la alegría dibuja,
sus mejores trazos, impregnados de gratitud.

En mi carita redondita, la risa se desborda,
como un torrente de felicidad sin medida,
es la melodía que acaricia mis labios,
y llena de notas alegres mi vida.

Un poema a la felicidad de mi carita redondita

En mi carita redonda, habita la felicidad,
es un tesoro valioso, una gema sin igual,
es el motor que impulsa mis sueños a volar,
y transforma mis días en un eterno carnaval.

Mi rostro redondo es el refugio de la alegría,
donde brotan risas y momentos de armonía,
es la máscara que oculta tristezas y dolores,
y transforma mis lágrimas en flores.

En mi carita redondita, la felicidad se dibuja,
como un cuadro lleno de colores y luz,
es la fuerza que me anima a seguir adelante,
y a encontrar en cada día un motivo de solaz.

En mi carita redondita: Poemas para sentir y emocionarse

En mi carita redondita, una sonrisa se dibuja,
como un lienzo en blanco que la vida traspasa,
es la expresión de alegría que me define,
y en ella encuentro mi mayor fortaleza.

La inocencia y la pureza también forman parte de mí,
como dos compañeras que no puedo abandonar,
y me acompañan en cada paso que doy,
guiando mi camino y enseñándome a amar.

La alegría y la felicidad son mi bandera,
que ondea con fuerza en mi rostro redondo,
contagio risas y transmito amor a mi alrededor,
convirtiendo cada día en un mundo maravilloso.

En mi carita redondita, la vida se dibuja,
en cada sonrisa, en cada gesto de ternura,
y es en ese reflejo donde encuentro mi esencia,
y me abrazo a mí misma con infinita dulzura.

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