El rayo que no cesa resumen: Descubre la fuerza de la pasión y el amor

El rayo que no cesa es una de las obras más emblemáticas del poeta español Miguel Hernández. Publicado en 1936, este poemario destaca por su intensidad lírica y su profunda exploración de los sentimientos amorosos y pasionales. A través de sus versos, el autor nos transporta a un mundo de emociones desbordantes y nos invita a reflexionar sobre el amor y la importancia de vivir intensamente cada instante.

Índice
  1. La eterna pasión
    1. Poema I:
    2. Poema XIV:
  2. La lucha entre la vida y la muerte
    1. Poema VII:
    2. Poema XXVII:

La eterna pasión

En El rayo que no cesa, Miguel Hernández nos presenta un canto a la pasión, al amor y a la entrega incondicional. A lo largo de sus poemas, el poeta dibuja el retrato de una pasión arrolladora y desbordante, capaz de iluminar nuestras vidas como un rayo que no cesa.

Poema I:

Bésame con los besos de tu boca,
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bésame en el beso de tu amor,
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bésame con los besos que aún no fueron,
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bésame con los besos que serán.
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El primer poema del libro nos sumerge en un torbellino de emociones y sentimientos. El poeta suplica el beso de su amada, deseando que el amor fluya entre ambos de forma apasionada y eterna.

Poema XIV:

Por qué canta el gallo en el alba.
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Por qué el agua va y viene de la playa.
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Por qué besa el mar la arena
cuando arranca la ola al playa.
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Por qué llora el cristal la ciruela
cuando vuelca el cristal su dulzura.
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En este poema, Miguel Hernández cuestiona el porqué de las manifestaciones del amor y la pasión en la naturaleza. El gallo que canta, el vaivén del agua en la playa y el beso del mar a la arena son metáforas de la intensidad y la fugacidad de los sentimientos amorosos.

La lucha entre la vida y la muerte

En El rayo que no cesa, el autor también reflexiona sobre la dualidad de la vida y la muerte. La pasión y el amor se entrelazan con la idea de la muerte como un destino inevitable, dándole a la obra un tono trágico y sombrío.

Poema VII:

Si te mueres a flor de labio,
si te mueres a flor de pena,
si te mueres a labio lleno,
si te mueres a llanto seco,
si te mueres a voz caliente,
bien muerta me habrás muerto,
amor mío.

Este breve poema habla de la muerte como una presencia constante en la vida de los amantes. El autor, en su desesperación, anhela que si su amada ha de morir, que sea sumida completamente en la pasión y en el amor.

Poema XXVII:

En el balcón, los hombres
suspiran por Andalucía.
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Suena un paso de tuna,
retumba una ventana,
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el corazón, la vida...
Edades, amigos, tierras
nostalgias, ausencias, cárceles,
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Tanta y tanta muchedumbre.

Este poema nos sumerge en una atmósfera melancólica y nostálgica. El autor evoca el paso del tiempo y la lucha constante entre la vida y la muerte. La presencia de la "muchedumbre" al final del poema nos recuerda la inevitabilidad de la muerte y la fugacidad de la existencia.

El rayo que no cesa es una obra maestra de la poesía española que nos sumerge en un torbellino de pasión, amor y reflexión. A través de sus versos, Miguel Hernández nos invita a vivir intensamente cada instante y a enfrentar la dualidad de la vida y la muerte. Su lenguaje evocador y su estilo lírico nos transportan a un mundo de emociones intensas que perduran en el tiempo.

En cada poema de esta obra, encontramos la huella indeleble del autor, su capacidad para expresar la belleza y la intensidad del amor y los sentimientos más profundos. El rayo que no cesa es un tesoro literario que nos invita a adentrarnos en las profundidades del alma humana y nos regala una experiencia poética inolvidable.

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